sábado, abril 5
Huevito de chocolate
Ayer fui a comprar el diario al kiosquito de la esquina, de pronto me acometiò el deseo intransable de comer chocolate. le preguntè al señor si es que tenìa algùn tipo de chocolate para vender, y el me comentò que tenìa unos huevitos que le habìan quedado de la pascua de resurrecciòn. le pedì dos y le preguntè cuànto era todo. me cobrò solo el diario y los huevitos me los regalò.
muchas gracias le dije.
me fui y antes siquiera de mirar el diario comencè a sacar desesperadamente el alumino del chocolate, èste estaba un poco derretido y el papel medio incrustado en èl, por lo que me costò un poco sacarlo, cuando al fin lo logrè me lo echè a la boca. era un chocolate exquisito, mi lengua lo acariciò tal si fuera el manjar màs exquisito del mundo ( si no lo es ). fue una sensaciòn genial al principio.
pero de pronto un dolor como un rayo azotò mi muela. abrì la boca buscando con mis dedos el responsable de aquel dolor... un pequeñìsimo ( pero no menor) pedazo de aluminio habìa sido aplastado por mis muelas.
y entonces comprendì que tù eras igual al huevito de chocolate.
exactamente igual.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
yo tambien tengo mi huevito de chocolate, a diferencia que el mio esta cubierto de metal y aun asi lo muerdo y lo saboreo
Publicar un comentario