lunes, enero 5

Reminiscencias


Las niñas católicas se llenan de tules e incienso. En sus bolsos guardan estampas de ángeles dorados y señoritas rubias amamantando a un niñito Dios. En mi bolso, yo solo guardo algunas piedras para protegerme camino a casa por si alguien me dice niña judía de mierda. En mi bolso jamás llevaré las estampas de los ángeles buenos.

De todas las virgencitas, yo me quedaba con la Vírgen María porque se parecía a mi familia. Tenía los ojos azules, era rubia, y dicen que era la madre de un judío, un tal Jesús crucificado por los de su propia sangre. Por eso dicen que los judíos somos malos, porque nos comimos el cuerpo de cristo con sus ojitos azules, así, completito.
Ni los ateos lo perdonan, pero pensándolo bien ¿se le perdona algo a los judíos? ¿Dios nos perdonó cuando nos perdimos en las arenas cercanas al Egipto o la Mesopotamia? ¿Dios nos perdonó cuando nos llevaban descarriados a los hornos de cobalto?


Pienso mucho en Dios y en las noches en que se me figura que tendremos un terremoto o un eclipse lunar; no rezo por él, sólo le digo que esté alerta a tanta calamidad porque si no, quiere decir que no está en todas partes. Si estuviera, las niñitas alemanas no me escupirían y no me dirían perra judía.


M.A.

1 comentario:

nicole dijo...

A mi aveces me dan ganas de gritarle a Jesus que si existe o esta en todas partes, que se aparesca, pero sé que no lo hara, más de alguna vez con el hemos tenido fuertes discusiones, lo he puteado en varias ocasiones, pero a los minutos después le ruego que me disculpe por semejante barbaridad, tenemos una relación de amor/odio y asi nos entendemos, y sabes yo si creo que él existe aunque no se aparesca, pero en vez de Jesus o Dios, prefiero llamarlo Abraxas, vamos gordita culta, descubre el por qué ahi que llamarlo así...